El término coaching se popularizó muchísimo en los últimos tiempos y ha revolucionado desde empresas hasta los métodos de enseñanza. En este artículo compartiremos lo que puedes lograr si aplicas los principios del coaching en el aula.
¿Qué es el coaching?
Coaching es un término del inglés, que en español significa “entrenamiento” y deriva del mundo deportivo, donde un coach o entrenador guía a un equipo hacia el logro de objetivos concretos que lo lleven a ganar competencias.
A mediados del siglo XX, esta práctica fue adoptada por las empresas para conseguir sus metas, resultando todo un éxito hasta el día de hoy. El coach, en ese entonces, era una profesional externo y contratado por la empresa, que tenía gran dominio de habilidades blandas. Su tarea era sumergir al personal en procesos de auto indagación, así como dotarlos de herramientas para alcanzar metas individuales y grupales.
«…el coaching se ha popularizado de forma increíble y revolucionando hasta los métodos de enseñanza.»
Hoy en día, el coach no es muy diferente. Con algunos cambios, es un experto en un área de conocimiento, oficio o cualquier tema que tenga un público objetivo deseoso de aprender. Pero, además, posee dominio de habilidades blandas como liderazgo, comunicación, capacidad de relacionarse de forma efectiva, entre otras.
Hoy se aplica el coaching para casi cualquier cosa. El internet y las redes sociales han servido de plataforma a muchos coach que quieren transmitir sus conocimientos, experticia y éxitos. En los últimos tiempos, el coaching se ha popularizado de forma increíble y revolucionando hasta los métodos de enseñanza.
Principios del coaching
El coaching está basado en la indagación personal a través de conversaciones. Con esto el coach busca que su alumno o coachee tome consciencia de su situación actual y consiga él mismo soluciones efectivas para sus bloqueos. El coach siempre está guiando el proceso, hace las preguntas precisas, y su único propósito es que las personas que acudan a él tengan éxito en lo que deseen emprender.
De ahí, que sus tres principios fundamentales sean:
1. La toma de consciencia
A través de conversaciones y preguntas esenciales, un coach hará que su coachee encuentre la raíz o el origen de la dificultad que le impide avanzar. Las respuestas siempre salen de este último, al igual que las decisiones o soluciones más relevantes. En otras palabras, el coach lo orienta en el camino del autoliderazgo. Para ello, primero debe ver con claridad sus bloqueos y creencias limitantes.
2. Libertad y responsabilidad personal
La libertad y responsabilidad van de la mano en el coaching. Toda persona debe asumir responsabilidad en su vida. Esto evita conductas limitantes como la dependencia, la inmadurez emocional, el victimismo, la queja y otras tantas más. Mientras el coachee sea más responsable de sus decisiones y las consecuencias que traen, más libre es. En el coaching nunca se adjudicará soluciones a un tercero.
3. Comunicación asertiva
La comunicación asertiva es indispensable para desarrollar un proceso de coaching. Se trabaja sobre las conversaciones honestas, claras y directas, donde todos los participantes se expresen libremente y sin trucos. También se aprecia el silencio como forma efectiva de comunicación en momentos clave.
Generación de cambios
Los cambios que se producen en el coaching buscan ser permanentes y positivos. Se persigue el bienestar y también la evolución de la persona. Se le lleva a descubrir sus potenciales y a dar más, subiendo así sus estándares de vida. De esta manera, se deja a un lado el conformismo y se promueve la superación personal constante.
El docente coach
Como has podido notar, no es difícil que un docente asuma las competencias de un coach. De hecho, es sin duda lo que la educación de hoy demanda. Enseñar a aprender, propiciar la autonomía personal, la responsabilidad, la libertad, todo a través de una comunicación asertiva debería ser un objetivo que todo docente se proponga en el aula.
El docente coach es aquel que se centra en sus alumnos tanto para guiarlos como equipo, así como individuos. Promueve el autoconocimiento como vía para desarrollar la potencialidad, los dones y talentos. También, permite un proceso de comunicación fluido y crea un ambiente de creatividad, libertad, armonía y respeto.
¿Cómo aplicar los principios del coaching en el aula?
Creando espacios para abrir procesos de toma de consciencia y la resolución de problemas. Estrategias hay miles, al igual que actividades para llevar a cabo. Lo importante es dar protagonismo a las conversaciones sustanciales y las preguntas significativas que llevarán al alumno a conquistar su vida, fluyendo naturalmente desde sus dones natos.
Logros que se pueden obtener en el aula
1. Mejor rendimiento académico.
Sin duda, cuando el alumno conoce sus capacidades, toma decisiones favorecedoras para él, se comunica de forma asertiva y es responsable de sus acciones, eso se traducirá en un mejor rendimiento. Dará cada vez más de sí, sabrá hacia dónde se dirige y qué objetivos persigue.
2. Una actitud más positiva y flexible.
Al trabajar en superar sus limitaciones, el alumno se sentirá cada vez mejor, trayendo esto una actitud positiva, así como un pensamiento más flexible capaz de aceptar cambios sin resistencias.
3. Relaciones interpersonales más satisfactorias.
Los conflictos disminuyen en la medida en que cada uno asume la responsabilidad de sus acciones. Los alumnos serán capaces de relacionarse de una forma más sana con sus compañeros y con el profesor, a través de una comunicación clara y honesta.
4. Disciplina y armonía.
Cuando hay orden, cuando se trabaja con perseverancia, entonces reina la armonía, pudiéndose propiciar el logro de metas grupales e individuales. El coaching no se trata de permitir que cada uno haga lo que quiera, sino de que todos cumplan con un rol que permitirá la evolución del equipo. Para ello se requiere disciplina y un ambiente armónico. Este es un principio deportivo esencial para el coaching.
En conclusión
El coaching trae muchos beneficios para la educación y vendría muy bien que como docentes tomemos el rol de coach y apliquemos estos principios en nuestras clases. Todo con el fin de lograr objetivos grupales e individuales que traigan beneficios a corto, mediano y largo plazo y de esta forma, conseguir cada vez más avances positivos en la sociedad, que al fin y al cabo es lo que cualquier sistema educativo persigue.
¿Ya aplicas alguno de estos principios en tus clases? ¿Con qué dificultades te encontraste? ¿Qué resultados obtuviste? Cuéntanos tu experiencia o comparte tu opinión en la sección de comentarios más abajo.